Máximo es un perro raza Pastor Belga Malinois de línea francesa que integra la División Canes – Narcóticos Allen. Es además, el can “estrella” de esa área de la policía rionegrina ya que a través de su adiestramiento la fuerza logró descubrir y secuestrar importantes cargamentos de droga en diferentes puntos de la provincia.
“Tenía 20 días de nacido cuando empezamos a entrenar con él y a los dos años logramos tener un perro operativo que ha dado grandes resultados en la policía de Río Negro”, explicó su entrenador, el cabo primero Soto. Hoy Máximo tiene 5 años y cada día recibe de Soto todo el amor y los cuidados que se merece un animal. Detrás de la relación perro – adiestrador, hay un vínculo casi inseparable entre ambos. Máximo vive con Soto y es el “mimado” de la casa. Hasta duerme junto a la cama del cabo.
Máximo es un integrante más de la fuerza policial y colabora regularmente con la labor de todas las delegaciones de Toxicomanía, especialmente con las Allen, Roca, Cipolletti y Villa Regina.
Que el adiestramiento sea mediante el consumo de estupefacientes, es parte de un mito que no tiene absolutamente nada de realidad. El entrenamiento – asegura el cabo Soto – se realiza mediante la asociación de olores. “Es un juego en el que el animal asocia que tiene que buscar un determinado olor y se lo refuerza con un premio, que es una pelotita o un cono, un juguete. El perro busca el olor para tener su premio”, cuenta Soto, que se formó como adiestrador en las filas de la policía y muestra su enorme compromiso y vocación con la función que desempeña en la policía.
Recientemente Máximo colaboró en un allanamiento en Roca donde se secuestraron más de 23 kilos de cocaína y 10 de marihuana. En Fernández Oro, en medio de un operativo de Toxicomanía, descubrió en un vehículo 50 kilos de cocaína y el año pasado detectó otro cargamento de estupefacientes en Casa de Piedra.
En la División Canes – Narcóticos de Allen, Máximo ya cuenta con descendientes. Es el padre de una cachorra llamada Roma, que tiene siete meses y todo indica que va por muy buen camino para sumarse a la lucha contra el narcotráfico. “Es el mejor perro que he tenido a cargo. Es un muy buen compañero, muy entendido y muy sociable. Ese es un gran punto a favor ya que trabajamos en una sociedad que siempre tiende a pensar que el perro policial es agresivo y en este caso es totalmente lo contrario. Hoy, en el día del animal, su premio será un buen peloteo y que juegue bastante”, agrega el cabo primero Fernando Soto.