El Área Natural Protegida Río Limay, situada en la provincia de Río Negro, abarca un extenso corredor fluvial de paisajes únicos y de gran valor ecológico, que se extiende desde el nacimiento del río Limay en el lago Nahuel Huapi hasta su confluencia con el río Traful. Entre sus mayores atractivos está el Valle Encantado, famoso por las formaciones rocosas que crean figuras como el “Dedo de Dios” y otras geoformas que dotan a esta región de un atractivo especial para visitantes y fotógrafos. La accesibilidad al área es fácil desde la ruta nacional 237, que permite disfrutar de los puntos panorámicos que ofrecen vistas excepcionales del río.
La fauna acuática es uno de los valores más importantes de este paisaje protegido, albergando varias especies de peces nativos como el bagre del torrente, el pejerrey patagónico y el puyén chico. Sin embargo, la introducción de especies exóticas como la trucha arcoíris y la trucha marrón representa un desafío para la conservación de los peces autóctonos, afectando su equilibrio natural. Además de sus riquezas fluviales, el área resguarda varias especies de reptiles, entre las cuales destaca el lagarto tenebroso, una especie en peligro que habita en las formaciones rocosas del área y que es un endemismo exclusivo de la región norpatagónica.
El Río Limay es también el hogar de una de las especies de mamíferos más carismáticas y en peligro, el huillín o nutria de río (Lontra provocax). Este pequeño carnívoro depende de los crustáceos y peces de los ríos y se encuentra principalmente en áreas de difícil acceso, donde la calidad del agua y la abundancia de alimento favorecen su reproducción. Monitoreado por especialistas, el huillín enfrenta amenazas como la degradación de su hábitat debido a la actividad humana y la contaminación del agua, por lo que se han desarrollado esfuerzos para proteger su presencia en el Limay.
En el área, el cóndor andino (Vultur gryphus) también encuentra un hábitat adecuado para sus sitios de nidificación y alimentación, con al menos trece sitios identificados para la reproducción y el descanso. Estas áreas son de suma importancia, ya que el cóndor es una especie vulnerable y requiere grandes extensiones de territorio y acantilados altos para sobrevivir. Cerca del límite con el área protegida, se encuentra un dormidero comunal utilizado por más de noventa individuos de esta especie, convirtiendo a Río Limay en un sitio clave para su conservación en la región.