En la jornada del martes, personal técnico de la Secretaría de Ambiente respondió a un llamado tras la inusual presencia de un lobo marino en un campo privado. El descubrimiento inicial reveló un preocupante estado de salud en el animal, caracterizado por síntomas como debilidad, dificultad respiratoria y signos evidentes de agotamiento.

Ante esta situación se tomó la decisión de no intervenir de inmediato. Sin embargo, se programó una segunda visita en coordinación con las autoridades policiales para el día siguiente, con el propósito de verificar el estado del animal y determinar las acciones necesarias.

Al llegar al lugar el miércoles, se constató que el ejemplar estaba muerto. Inmediatamente, se dio aviso a SENASA (Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria) para coordinar las acciones correspondientes y realizar las investigaciones pertinentes.

Con la autorización del dueño del campo, hoy se llevó a cabo el entierro del animal, buscando evitar cualquier contacto con otros seres vivos y reducir riesgos para la salud pública. Esta medida se adopta como parte de un protocolo de mitigación.

La Secretaría de Ambiente se mantiene en alerta y continuará monitoreando la situación, trabajando estrechamente con las autoridades competentes.